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Stonehenge, uno de los monumentos prehistóricos más icónicos del mundo, ha fascinado a generaciones con sus majestuosas piedras y su misterioso propósito. Ubicado en la llanura de Salisbury en Inglaterra, este círculo de piedras ha sido objeto de especulaciones y estudios durante siglos. Recientemente, un equipo de arqueólogos y científicos ha hecho avances significativos en la comprensión de cómo se construyó Stonehenge, resolviendo parte del enigma que ha envuelto a este antiguo sitio durante milenios.
El enigma de las piedras Sarsen y Bluestone
Stonehenge está compuesto por dos tipos principales de piedras: las imponentes piedras sarsen y las más pequeñas bluestones. Las piedras sarsen, que constituyen los grandes megalitos en forma de herradura y el círculo exterior, pesan hasta 25 toneladas cada una y provienen de Marlborough Downs, a unos 32 kilómetros de distancia. Las bluestones, por otro lado, se originan en las colinas de Preseli en Gales, a más de 240 kilómetros de distancia.
El transporte y la colocación de estas enormes piedras sin la tecnología moderna han sido temas de debate y fascinación. Durante años, los arqueólogos han propuesto varias teorías, incluyendo el uso de rodillos de madera, trineos y balsas para transportar las piedras a través de ríos y terrenos accidentados.
Avances recientes en la investigación
Un equipo internacional de investigadores ha utilizado una combinación de técnicas arqueológicas, geológicas y de modelado por computadora para obtener una comprensión más clara de los métodos utilizados para la construcción de Stonehenge. Uno de los descubrimientos más notables es la identificación precisa de las canteras de donde se extrajeron las piedras sarsen. Análisis químicos realizados en fragmentos de sarsen encontrados en Stonehenge y en las canteras de Marlborough Downs han confirmado que estas canteras eran la fuente principal.
Además, estudios geológicos detallados han revelado que las bluestones fueron transportadas a través de un complejo sistema de vías fluviales y rutas terrestres. Se cree que las comunidades neolíticas utilizaron balsas para transportar las bluestones a lo largo de los ríos y luego las arrastraron por tierra hasta el sitio de Stonehenge.
La técnica de construcción
La colocación de las piedras también ha sido objeto de estudio. Investigaciones recientes sugieren que las piedras sarsen se levantaron mediante un sistema de rampas y poleas rudimentarias. Se han encontrado restos de rampas y zanjas cerca de Stonehenge, lo que respalda esta teoría. Además, se cree que los constructores utilizaron técnicas de palanca para ajustar las piedras en su lugar final.
Implicaciones culturales y sociales
La construcción de Stonehenge no solo representa un logro técnico, sino también un esfuerzo comunitario monumental. La colaboración necesaria para transportar y erigir las piedras sugiere una sociedad altamente organizada con una estructura jerárquica y un propósito compartido. Esto refuerza la idea de que Stonehenge tenía un significado ceremonial y social profundo, posiblemente relacionado con la observación astronómica y los rituales religiosos.
El enigma de la construcción de Stonehenge ha intrigado a la humanidad durante siglos. Los recientes avances en la investigación han arrojado luz sobre las técnicas y los esfuerzos involucrados en la creación de este monumento. Aunque todavía quedan preguntas por responder, cada descubrimiento nos acerca un paso más a comprender plenamente este asombroso logro de la ingeniería neolítica. Stonehenge sigue siendo un testimonio del ingenio y la determinación de nuestros antepasados, recordándonos la profundidad de la historia humana y nuestra capacidad para realizar grandes obras colectivas.
