A inicios de 2025, la comunidad científica y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) encendieron las alarmas ante la posibilidad de que el asteroide YR4 impactara la Tierra el 22 de diciembre de 2032. Esta situación llevó a la activación del Protocolo de Seguridad Planetaria por primera vez en la historia, subrayando la importancia de la vigilancia y la cooperación internacional en la defensa contra objetos cercanos a la Tierra (NEOs, por sus siglas en inglés).
El riesgo inicial y su revaluación
La probabilidad de impacto inicial calculada por la ONU se estimó en 1.5%, aumentando posteriormente a 2.3%. La NASA, por su parte, confirmó una cifra similar del 2.27%. Aunque estos valores representaban una amenaza superior a la habitual, los expertos señalaron que los cálculos podrían ajustarse con el tiempo, lo que finalmente ocurrió.
Nuevos análisis de trayectoria realizados por la NASA redujeron drásticamente la probabilidad de colisión a 1 en 26,000, lo que equivale a una certeza del 99.9961% de que el asteroide pasará de largo sin representar un peligro inmediato. Se estima que en diciembre de 2032 la distancia entre la Tierra y YR4 será de aproximadamente 167,000 millas.
El potencial de destrucción del YR4
El motivo de la alarma inicial radicaba en el tamaño y la potencia destructiva de YR4. De haber impactado, podría haber arrasado una ciudad del tamaño de París, Londres o Nueva York, con un área de destrucción de 50 km a la redonda. Según la escala de Turín, que mide la amenaza de impacto de asteroides y cometas en una escala del 0 al 10, el YR4 alcanzó el nivel 3, lo que justifica la atención especial de los organismos internacionales.
De acuerdo con The Sun, la energía liberada por el impacto de YR4 habría sido equivalente a ocho mil millones de kilos de TNT, más de 500 veces la potencia de la bomba de Hiroshima. De mantenerse la amenaza, las regiones con mayor probabilidad de impacto incluían países del norte de Sudamérica como Ecuador, Colombia y Venezuela, así como India, Pakistán, Bangladesh, Nigeria, Sudán y Etiopía.
Aprendizajes y preparación futura
Aunque el asteroide YR4 ya no representa un peligro inminente, este caso resalta la necesidad de continuar con el monitoreo de NEOs y el desarrollo de estrategias de defensa planetaria. Proyectos como DART (Double Asteroid Redirection Test) de la NASA y futuras misiones de desvío podrían ser clave en la protección de la Tierra contra posibles amenazas cósmicas.
La cooperación internacional y la inversión en tecnología espacial son fundamentales para mitigar riesgos futuros y garantizar que la humanidad esté preparada para cualquier eventualidad. El caso de YR4 es un recordatorio de que, aunque las probabilidades sean bajas, la vigilancia constante es imprescindible para la seguridad planetaria.