La soledad es un fenómeno complejo que, aunque en ciertos momentos de la vida puede ser necesaria, su prolongación puede tener consecuencias devastadoras en la salud mental. Este tema ha sido abordado en la investigación «Longitudinal Irlandés del Envejecimiento» (TILDA) por Roger O’Sullivan, profesor y director de Investigación y Desarrollo del Envejecimiento en el Instituto de Salud Pública. Según O’Sullivan, la soledad prolongada es un problema de gran magnitud, especialmente en la tercera edad, debido a los cambios significativos que experimentan las personas en esta etapa de la vida.
Causas de la soledad en la vejez
La soledad en la vejez puede surgir por diversas razones. La pérdida de la pareja matrimonial o sentimental es una de las causas más comunes. Asimismo, la partida de los hijos, ya sea porque deciden formar su propia familia o porque se llegó a la vejez sin haber formado una familia, contribuye a este estado emocional. A menudo, la soledad se presenta como un resultado inevitable de las circunstancias, a pesar de los esfuerzos por evitarla.
Impacto de la soledad en la salud
Los efectos de la soledad en la salud son alarmantes. David Robinson, geriatra consultor del Hospital St James en Dublín, compara los daños físicos y mentales de la soledad con los efectos del consumo de 15 cigarrillos al día. Según Robinson, la soledad aumenta en un 30% las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular y en un 60% el riesgo de un infarto. Además, se ha vinculado a un mayor riesgo de desarrollar demencia.
La pandemia de COVID-19 también ha puesto en evidencia la gravedad de la soledad, desafiando el mito de que es un problema exclusivo de las personas mayores. Según O’Sullivan, la crisis sanitaria global ha resaltado la importancia de las conexiones sociales y emocionales para nuestro bienestar e identidad.
Estrategias para enfrentar la soledad
Para combatir la soledad y sus efectos negativos, se proponen varias estrategias. Mantener contacto con familiares y amigos, concentrarse en lo que se puede cambiar, apartar la negatividad, disfrutar de las actividades cotidianas, y ser amable y paciente son algunas de las recomendaciones. Seguir una rutina que proporcione equilibrio y practicar la gratitud son también formas efectivas de superar la soledad y desarrollar una salud mental más fuerte.
Aunque la soledad es una parte inevitable de la vida, es fundamental abordarla con seriedad para evitar sus efectos perjudiciales en la salud. Con el apoyo adecuado y la implementación de estrategias efectivas, es posible transformar la soledad en una oportunidad para el crecimiento personal y la mejora del bienestar general.