La idea de que una persona pueda encontrar felicidad al acercarse al final de su vida puede parecer paradójica. Sin embargo, expertos en cuidados paliativos y psicología clínica coinciden en que esta experiencia no es inusual. Según el psicólogo clínico Mattias Tranberg, en un artículo para LiveScience, la proximidad de la muerte puede despertar en las personas un nuevo sentido de apreciación por la vida, un fenómeno que, aunque desconcertante para muchos, encuentra respaldo tanto en testimonios personales como en investigaciones científicas.
El caso de Simon Boas: La paradoja de la felicidad en la adversidad
Simon Boas, un extrabajador humanitario que compartió su experiencia de vivir con cáncer, falleció a los 47 años, pero no sin antes expresar una profunda sensación de felicidad. En una entrevista con la BBC, Boas comentó: «Mi dolor está bajo control y soy terriblemente feliz — suena raro decirlo, pero estoy tan feliz como nunca en mi vida». Este testimonio refleja una vivencia común entre personas que enfrentan la muerte: un profundo cambio en la forma de percibir la vida y el significado de sus últimos momentos.
Boas, a pesar de la enfermedad, optó por disfrutar de los pequeños placeres y experiencias significativas, lo que le ayudó a aceptar su situación. Su actitud positiva no solo fue un mecanismo de supervivencia emocional, sino también una manera de apoyar a sus seres queridos. Esto conecta con el pensamiento del filósofo romano Séneca, quien afirmaba que la plenitud de la vida no depende de la duración de nuestros días, sino de cómo utilizamos nuestro tiempo mental y emocionalmente.
El lenguaje positivo en la proximidad de la muerte
Estudios recientes, como el publicado en Psychological Science, han revelado que las personas cercanas a la muerte suelen utilizar un lenguaje más positivo para describir su situación en comparación con aquellos que simplemente imaginan la muerte desde la distancia. Este uso del lenguaje es reflejo de un cambio profundo en la percepción del significado de la vida y la muerte. Al confrontar su mortalidad, muchos desarrollan una mayor capacidad para valorar lo esencial, como las conexiones sociales, el disfrute de los pequeños placeres y la búsqueda de un propósito más allá del mero placer.
Viktor Frankl y la búsqueda de significado en el sufrimiento
El psiquiatra y sobreviviente del Holocausto, Viktor Frankl, exploró profundamente este fenómeno en su obra «El hombre en busca de sentido». Frankl argumentó que, incluso en las situaciones más desesperadas, las personas pueden encontrar un propósito que les permita superar el sufrimiento. Su enfoque dio origen a una psicoterapia existencial que ha demostrado ser especialmente útil en el ámbito de los cuidados paliativos.
La psicoterapia centrada en el significado ofrece a las personas que enfrentan enfermedades terminales una herramienta para redefinir sus vidas, encontrando satisfacción en actos simples y trascendentales. Esta perspectiva se refleja en investigaciones recientes publicadas en Palliative and Supportive Care y el American Journal of Hospice and Palliative Care, que destacan cómo, para los pacientes cercanos a la muerte, la felicidad está vinculada con el significado, no con el placer.
El dilema emocional al final de la vida
A pesar de la posibilidad de encontrar felicidad en la cercanía de la muerte, la experiencia no está exenta de emociones complejas y contradictorias. Los sentimientos de gratitud, tristeza, remordimiento, y hasta el alivio, suelen coexistir en un equilibrio delicado. Personas como Johan, otro paciente mencionado por el psicólogo clínico, a pesar de las limitaciones impuestas por su enfermedad, encontraron alegría en recuerdos y deseos que, aunque no siempre podían materializarse, les brindaban consuelo emocional.
Este abanico de emociones mixtas demuestra que, en la proximidad de la muerte, los límites de la existencia pueden provocar una reevaluación profunda de la vida, lo que a su vez puede generar una mayor apreciación por los momentos vividos, así como una sensación de plenitud y paz.
La cercanía de la muerte puede parecer una circunstancia sombría, pero para muchas personas se convierte en una oportunidad para redescubrir el significado profundo de la vida. Testimonios como el de Simon Boas y las enseñanzas de Viktor Frankl nos muestran que la felicidad no está necesariamente ligada a la ausencia de sufrimiento, sino a la capacidad de encontrar significado, propósito y satisfacción, incluso en los momentos más desafiantes. La aceptación de la mortalidad, lejos de ser una condena, puede ser una vía hacia una vida más plena y consciente.