El iceberg más grande del mundo, conocido como A23a, podría estar viviendo sus últimos meses de existencia, marcando un preocupante capítulo en la impactante historia del cambio climático y la acelerada erosión que está llevando a su desaparición.
Este coloso de hielo, con una extensión de 4 mil kilómetros cuadrados, ha sido testigo de un deterioro alarmante, evidenciado por la formación de grandes cuevas y arcos que resaltan su fragilidad.
A23a, que se desprendió de la costa antártica en 1986 y se estableció en el mar Weddell como una isla flotante de hielo, ha experimentado un rápido desplazamiento durante el último año. Expertos han observado con preocupación su deriva hacia las aguas antárticas, indicando que ahora está a punto de cruzarlas.
😣¡Impactante! Iceberg más grande del mundo se derrite; le quedarían meses de existencia.
Un barco de la empresa de expediciones Eyos llegó a la masa de hielo #A23a y descubrió grandes cuevas y arcos en sus paredes heladas. pic.twitter.com/T8AUlRfafu
— El Diario de Coahuila (@DiarioCoahuila) January 22, 2024
La formación de A23a se remonta a 1986, cuando una enorme rotura en la Barrera de Hielo Filchner creó este gigantesco iceberg, que llegó a albergar en su superficie una base de investigación científica soviética, ya desmantelada. Andrew Fleming, experto de la British Antarctic Survey, ha señalado que, tras más de 30 años encallado, el iceberg ha iniciado su movimiento debido a la pérdida gradual de tamaño, lo que ha permitido que las corrientes y los vientos lo impulsen nuevamente.
Dimensiones gigantescas del A23A, el iceberg más gigante de la tierra
Con dimensiones que triplican el tamaño de la ciudad de Nueva York, A23a se mueve ahora con mayor velocidad, propulsado por fuerzas naturales como los vientos y las corrientes oceánicas. Su rumbo actual lo dirige hacia la zona subantártica de Georgia del Sur, planteando amenazas para la fauna local, incluyendo millones de focas, pingüinos y aves marinas.
El equipo de Eyos, que se aproximó al iceberg el pasado 21 de enero, desplegó un dron para observar los acantilados de A23a, de 30 metros de altura, que se encuentran cubiertos por densa niebla. Las imágenes revelan la gravedad de su estado, anticipando que las cuevas y arcos colapsarán, dejando extensas áreas de hielo sumergido que se elevarán por su propia capacidad de flotación.
Did You Know?
The tooth-shaped iceberg named A23a is nearly 4,000 square kilometers across, making it more than twice the size of Greater London. After three decades stuck to the Antarctic ocean floor, the iceberg is now heading north on what could be its final journey. pic.twitter.com/M7U8r6TXM4— Sohaib Siddique (@SohaibSidd59369) January 23, 2024
El destino inevitable de A23a es fragmentarse y desvanecerse hasta su completa desaparición. El factor determinante será la temperatura, ya que el aumento en el calor del aire o del agua podría acelerar el proceso de deshielo, creando estanques que comprometen aún más su estabilidad.
La comunidad científica y ambiental observa con atención este dramático episodio, consciente de que la desaparición de A23a no solo simboliza la pérdida de un gigante de hielo, sino también un llamado de alerta sobre los efectos del cambio climático en una de las regiones más remotas y frágiles del planeta.